El oso pardo es el animal más emblemático de Asturias.
Perseguido y cazado a discreción, su población estuvo en una delicadÃsima situación de supervivencia hasta hace apenas 30 años; actualmente, aunque sigue siendo una "especie en peligro de extinción", la cantidad de osos va aumentando -lentamente, pero aumentando-.
Existen 2 subpoblaciones cantábricas: la occidental y la oriental, separadas por unos corredores, que las comunican, parece también que cada vez más, especialmente desde la más poblada, la occidental, en dirección a la oriental.
La occidental se divide en varios núcleos oseros: el del Parque de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, el alto Sil leonés y Los Ancares lucenses. El de Somiedo y Belmonte de Miranda. Y el de Proaza, Teverga, Santo Adriano y Quirós.
La oriental está apenas representada en Asturias en Picos, y comprende sobretodo la montaña palentina, la montaña leonesa en Picos de Europa y Liébana en Cantabria.
Sin embargo, ya hay casos de inquietos osos jóvenes, que han llegado hasta Zamora o Burgos.
La comunicación de las 2 poblaciones es clave, porque la oriental, con apenas 30 osos, puede tener problemas de consanguineidad. Estudios han demostrado que la población que realmente crece es la occidental, y que la oriental, por diferentes causas, permanece estancada o casi desapareciendo, respecto a los osos autóctonos de esa área, siendo lo osos occidentales que van llegando los que le están dando continuidad o evitan que no desaparezca.
El oso pardo se mueve a razón del celo y de la comida. El oso es omnÃvoro y puede comer de todo: hierba, frutos, carne de carroña o incluso de alguna presa.
En primavera se produce el celo, que es cuando los machos buscan a las hembras para aparearse; es en ese momento, al principio de primavera, cuando más "despistados" están y cuando mejor se les puede ver, además de por realizar desplazamientos largos entra maleza, todavÃa desprotegida de las hojas.
En verano busca los altos de los valles y los canchales, donde se encuentra el delicioso escuernacabras; es en esta época cuando más escasez de alimentos hay. En otoño es cuando más comida encuentran: bellotas y castañas en el suelo, frutos, etc. En invierno hiberna, pero ya se dan casos que no es asÃ, y es sobretodo cuando la hembra parturienta tiene los oseznos (en este caso, siempre hibernando en la osera).
En el apartado de "avistamiento de osos" escribimos sobre donde verlos mejor, siempre respetando al animal y por lo tanto a distancia considerable.
Por último hablar sobre la peligrosidad y daños que produce este animal.
Los pastores, colmeneros, tienen bajas y destrozas, cada vez más abundantes porque la población crece, las carroñas han desaparecido y a veces tienen periodos de escasez de comida.
Este es el toma y daca principal de las áreas rurales en relación al oso pardo: las subvenciones por daños. Y el toma y daca de la administración y de varias organizaciones privadas, es la de concienciar
que la presencia del oso es beneficiosa para todos y la de demostrar que cada uno de los daños, picaresca aparte, que la hay, es producida de verdad por un oso, o lobo, o lo que corresponda (hablamos de picaresca, porque es bien conocido los casos de pastores que ponen en el monte a caballos viejos de saldo, para que el lobo lo coma y cobrar una subvención que vale más que el pobre caballo).
Osa con 3 oseznos en el concejo de Proaza, Asturias
Por otro lado está en senderismo, que ha aumentado también. Es ya habitual los casos de encuentros frontales con osos. En lo que a nuestra experiencia respecta, el que escribe mismo, tuvo la suerte de vivir un encuentro fortutito con un oso joven, a unos 20 metros, y en una pista que estaba situada a unos 400 metros de Pola de Somiedo. El oso nos miró unos segundos, tranquilamente, medio camufaldo en una sombra, y con una parsimonia espectacular, se dio la vuelta y se marchó por donde vino, andando por la pista como el que anda relajado por el pasillo de su casa un domingo a las 9 de la mañana.
Sin embargo, también somos conocedores de encuentros menos amables: un joven de Degaña se vio sorprendido frontalmente por una osa, que le persiguió (!) por una pista forestal; suerte que en concreto este joven practica carreras de montaña, es un atleta, y que la pista era muy empinada en ese tramo. Le dio tiempo a escapar y a tirarle una piedra entre carrera y carrera, a lo que la osa por fin se dio la vuelta y le dejó.
También se ha dado el caso de un chaval santanderino, que fue mordido y arañado con cierta gravedad en un brazo, en un hayedo, tras encuentro fortutito.
Realmente son casos muy aislados, porque el oso, cuando ve al humano, generalmente sale corriendo. El tema puede ser más peligroso al encontrar fortuitamente, sobretodo a una osa, y a pocos metros, y más si tiene la descendencia cerca.
En todo caso, como decimos, son casos anecdóticos, entre los millones de kilómetros que recorren los senderistas cada año en las montañas astures. El único consejo es hacer un poco de ruido más exagerado de lo normal, con los pies, al atravesar bosques cerrados, y estar un poco atentos.
Fotos de este tema
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